"La economía española está en pleno boom. También lo está, de forma más espectacular, su mercado inmobiliario, cuyos precios han subido un 180 % en la última década. Unos salarios al alza y unos intereses bajos conducen la demanda inmobiliaria (...) de este tigre ibérico.
Las fiestas se tienen que acabar, o al menos, reducirse. El próspero mercado inmobiliario cubre unas deficiencias estructurales de la economía a las que el Gobierno de centro-izquierda ha prestado poca atención (...) Una corrección del mercado inmobiliario tendría un gran impacto en la economía, que se alimenta del consumo, que a su vez está conducido por el efecto riqueza generado por los precios de la vivienda, y de la construcción (...)
Cualquier prescripción pasa por una diversificación de la economía. Las empresas tienen que lidiar con demasiado papeleo, los mercados energéticos esperan la liberalización, y las normativas para emplear y despedir siguen siendo las más restrictivas de la OCDE. El Gobierno de Jose Luis Rodríguez Zapatero parece contento montado sobre las reformas introducidas por sus predecesores. Pero a menos que Madrid afronte estos asuntos, es probable que a los tiempos del boom español le siga pronto un retorno a la mediocridad más familiar del pasado."
20 de diciembre de 2006
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