5 de septiembre de 2006

Arde Madrid


Al final, todo ha quedado en un susto, pero las llamas de ayer en Torre Espacio, no pudieron por menos que recordarnos a los madrileños el incendio en el Edificio Windsor.

Desde el inicio de su construcción, parecía haberse producido una suerte de competición de velocidad entre las cuatro torres de la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid (obras de Pelli, Rubio Carvajal y Alvarez-Sala, Foster, y Pei, Cobb, Fred & Partners), llamadas a configurar el nuevo skyline del Madrid gallardonita. La torre sufridora del incendio de ayer (la de Pei & Co.), había tomado, hasta ahora, cierta ventaja de altura. La resolución de la carrera de velocidad gana ahora en intriga.

Tengo la impresión de que, por muy visibles que sean los incendios en las alturas, pueden llegar a ser mucho más peligrosos para la convivencia ciertos incendios invisibles que se gestan tanto en lo más profundo como en la periferia de las grandes ciudades...


Anoche, de vuelta a casa, me resultaba tan irónico como esperanzador que, a pocos metros de las cuatro torres que rivalizan en individualismo (tanto como las estrellitas del futbol profesional), otras torres, los jugadores de la selección española de baloncesto, celebraran el triunfo del juego en equipo.

Comentario aparte merece el locutor de Telemadrid, explicando que "el edificio incendiado es muy seguro porque está construído con elementos estructurales verticales elaborados en hormigón de alta resistencia, que sostienen losas horizontales elaboradas también en hormigón". Sin palabras...


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1 comentario:

Anónimo dijo...

esos incendios ocultos suelen ser los que se propagan de forma más rápida