6 de febrero de 2006

Lamela: "Para exigir al urbanismo, hace falta urbanidad"

Publicaba ayer el diario La Razón una entrevista con Antonio Lamela, coautor del proyecto del nuevo Barajas. Leyéndola, se percibe de inmediato que, pese a formar parte de los equipos españoles más relevantes de este principio de siglo, Lamela ancla las raíces de su obra en otra arquitectura más intemporal, característica de la generación de grandes arquitectos españoles del siglo XX (Sáenz de Oiza, Corrales y Molezún, Zuazo, Fisac, Sert y, por ser justos, Moneo y De la Sota).

En la conversación, además de renegar de los arquitectos estrella en beneficio de la buena arquitectura, apunta dos claves esenciales para el éxito profesional: el trabajo en equipo, y el profundo respeto a la profesión y al método de trabajo.

Transcribo algunos de los comentarios más interesantes de la entrevista:

Arquitectura racionalista dotada de una dimensión moral: "La arquitectura deber ser útil y servir para algo, física y moralmente. Debe ser bella, que es otra forma de funcionalidad, porque el ser humano, aunque muchos insistan en alimentarlo de fealdad, desea la belleza, que, digamos, es un alimento metafísico."

Maestros: "La autorreflexión y la autocrítica. He viajado y leído mucho, he estudiado a los grandes maestros y dialogado con, por ejemplo, Richard Neutra o Van der Rohe, y en algunas de mis obras se ve la influencia de ambos".

Arquitectos estrella: "Yo no creo en los arquitectos estrella, sino en la buena arquitectura, y cuando es buena y el arquitecto tiene la oportunidad de realizar su obra, al final termina por ser reconocido. En arquitectura, más que en otras actividades, el tiempo impone una selección que no suele fallar, implacable. La prueba es esa cantidad de arquitectura anónima que me decía antes. Pero la arquitectura es una actividad compleja, para hacer una obra no basta con proyectarla no eres un músico o un pintor que trabaja en su estudio y crea de la nada, sino que necesitas de un encargo, de suelo y luego la costosísima elaboración de ese encargo. Se olvida que eso es arquitectura, que ni viene del cielo. La arquitectura tiene que ser sencillamente buena. Y si la arquitectura es buena, entonces será ecológica, bioclimática, de bajo consumo energético o lo que queramos. Pero si es mala, no sirve de nada".

Método de trabajo: "Habrá visto que toda la zona de trabajo es blanca, tanto techos como muros, porque cuando abrimos el estudio necesitábamos mucha luz natural y el blanco es el que consigue unos niveles lumínicos más altos. Después, pensé que ir de uniforme daba sensación de equipo, de conjunción y de paso distinguíamos quienes eran de casa y quienes eran visitantes. Y además, al moverse las personas que iban de blanco se fundían con el blanco de paredes y no molestaban a los que estaban trabajando. Cada vez estamos más satisfechos de haber tomado esa decisión".

Urbanismo de Madrid: "Las administraciones no tienen equipos que les aconsejen. La prueba la tiene en Madrid: se hace un urbanismo muy malo, hay que reconocerlo, y la urbanidad, peor, porque de otra manera, se exigiría más al urbanismo".

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